Renta petrolera 2020 bajará unos $us 670 MM por caída del crudo

Crisis económica
La caída histórica del precio del petróleo, a consecuencia de la baja demanda provocada por el coronavirus, además de la sobreproducción, tendrá impactos negativos en los ingresos de Bolivia por renta petrolera. Con un panorama poco alentador a causa de precios bajos, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) estima una reducción de hasta 669 millones de dólares en 2020 en relación a lo presupuestado por venta de gas.
 
Aunque el precio del barril West Texas Intermediate (WTI), el marcador estadounidense, cerró ayer en -37,63 dólares —una figura en la que los productores pagan ese monto para que alguien adquiera un barril de crudo—, especialistas advierten que la drástica disminución de ingresos en Bolivia se dará recién a partir del tercer trimestre de 2020. Esto debido a la fórmula de precios con los clientes: Petrobras en Brasil e IEASA en Argentina.
 
Según el presidente de YPFB, Herland Soliz, se presupuestó un ingreso de aproximadamente 1.833 millones de dólares por renta petrolera para la gestión 2020 tomando en cuenta un precio de 41 dólares por barril de petróleo; sin embargo, con el desplome del precio es posible que dichos ingresos caigan a 1.164 millones, es decir, unos 669 millones de dólares equivalentes al 36 por ciento.
 
Esa reducción se daría ante la probabilidad de que el precio del crudo sea 10 dólares, al que Soliz califica como el peor escenario. No obstante, es posible que el precio del petróleo se estabilice en 15, 20 y 25 dólares y, de ese modo, la reducción de ingresos por renta petrolera sea menor.
 
Soliz explicó que la renta petrolera, que permite el pago de regalías a gobernaciones, municipios, universidades públicas, entre otras entidades, se paga entre tres y seis meses después de los envíos. Esto permite que tener un impacto escalonado de las subidas y bajadas del precio del petróleo.
 
“Vamos a sentir este bache del precio internacional el último trimestre de este año, quiere decir que nos vamos a sentir en octubre, noviembre y diciembre”, dijo Soliz y agregó que esta caída de representa una reducción de al menos un 45 por ciento de los recursos que perciben mencionadas entidades, las cuales deberán priorizar la ejecución de proyectos.
 
El analista en energías Francesco Zaratti coincide en que el impacto negativo para Bolivia no es inmediato, pero que se empezará a ver desde el segundo semestre, aunque también dependerá del tiempo que dura la baja cotización del crudo.
 
“Eso implica que, encima de la disminución de volúmenes por la paralización de actividades industriales, tendremos también un precio bastante más bajo en el segundo semestre y esto pinta un panorama extremadamente complicado”, indicó.
 
Tomado: Los Tiempos